Al fin se arranca la mascada de la boca, la deja sin ver dónde y corre hasta la ventana. Sus pulmones se abren como alas, en un solo movimiento, lento, plácido. El aire la marea, le dobla las rodillas. Ríe al sacar la cabeza al vacío de siete pisos de altura. Grita en éxtasis. Inhala hasta que el cuerpo no tolera más oxígeno y cae rendida. Su risa se pierde en ligeros sollozos. Las lágrimas diluyen su máscara oscura.
HEDOR: "Náuseas"
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